“Cuando yo me muera podis inventar una historia. Y tenis la prueba: el autógrafo ¿cachai?”
Le repetí varias veces “¡Lucho culiao!”, en mi intento por parar de reirme frenéticamente del absurdo corazón que decía Lutxo y Mapapo, en el dvd de la banda a modo de autografiá.¿Cómo se te ocurre poner eso, viste que no me voy a poder engrupir a nadie hoy día? O te imaginai, 20 años después tengo hijos encuentran el dvd y me empiezan a preguntar quién es Lucho, puedo hasta terminar separándome por algo que ni es. JA
No me acuerdo la primera vez que te vi. Sí sé que me quedaba como pegá en esos ojos raros, como somnolientos y que alguna vez interactuamos cuando fui a grabar una cuña para navidad pa la radio. Tú y Tomás me cantaron “Y aunque me acuerdo de ti” que estaban practicando y me encantó, de hecho una ex compañera debe tener esa grabación.. No sé porqué me acuerdo en particular de esa vez que no fue la primera, pero parece que de ahi empezamos a conversar.
Me acuerdo de otra vez que hablamos de la escena musical, del circuito del galpón, de las bandas y de las cosas que hacían. Que no iban a andar en hueás como El diario de Eva. Que chistoso fue un par de semanas después enterarme e incluso ir y verlos en esa hueá de mierda; oírlos cantar desenchufados haciendo trencito con las minas del programa. O cuando los entrevisté esa vez y se me apagó la mierda de grabadora. Pero total, todos sabíamos que más o menos sabía lo que pensaban, podía inventar. O un montón de veces en el comercio atlético, en la calle o cuánta parte nos encontramos. O cuando la Mica me llevó a ver a tu otra banda en el Nave Luna. Y siempre con ese saludo cargado de buena onda, que lo sentía y lo siento tan mutuo. Porque a nadie creo que le cabe duda que le tengo buena onda a los Guachu tanto como a la música que siempre está presente en mi playlist. desde que los escuché en ese mítico estadio nacional pa la fiesta de la Fech donde tocó Vicentico y los Van Van, la primera vez que me dejaron plantada pa una entrevista o las veces que me tocó escribir de ustedes.
Otra cosa que se me viene a la cabeza es que el año del terremoto trabajé en una playa escondida llamada Boyeruca. Como las cosas no funcionaban me vine, recorriendo los pueblos cercanos. Y pasé por Pichilemu y derrepente me quedé pegá afuera de un bar, escuchando a un loco. Después de meterle conversa, me contó que él era súper amigo de una banda que se llamaba Guachupé, porque de hecho él tocaba en un bar donde tocaba el Lucho. Fui esa noche y seudo me dormí haciendo hora para tomar el bus de la madrugada. No vi al Lucho, no vi al loco pero me daba risa como era conocido allá.
Te recuerdo riéndonos de la escena musical, de los medios, de la gente, de la vida. Te recuerdo en los camarines a los que probablemente nunca entro a excepción de ustedes o antes de una tocata conversando de la tristeza que se iba con la música. Te recuerdo como amigo de mis amigos, parte de un grupo de hueones que quiero caleta o como un hueón que canta canciones que me identifican ¿cachai?. Y que saber que te había pasado algo provocó una pena que no me acordaba mucho que podía tener. Que cuando llegué a mi casa esa noche no pude dormir, viendo mensajes de la gente que te estima, de la que nunca te quiso e igualmente sentía tu pérdida, Que se muera alguien joven, que conoces, que le tenis cariño y que puedes haber sido tú, creo que es un remezón, como cuando pal terremoto andábamos todos mamones o recordando cosas. Porque si estábamos en una rutina hay un parelé donde uno dice “en un momento yo estaba aquí con él y no puse atención y ahora ya no está”. Que pasa a ser parte de una sensación y de un sentir como de “nuestro Lucho”, porque se gana ese derecho cuando sus canciones son parte de nuestra cultura, de nuestros recuerdos diarios en torno a las canciones que interpreta y que nos llegan, del famoso circuito del que siempre reniegan pero igual, en fin, de nuestro emocional colectivo. Porque para optar por la música 24/7 hay que ser bien valiente y riguroso. Y parece que a todos los que te fueron a ver, todos los que hablaron de ti, los que te cantaron y te lloraron, les quedaba claro que eras un poco de las 2.
Un abrazo donde estés y lo siento, no pude inventar ninguna historia truculenta con pianobares, ni con nada similar, porque me puse mamona tratando de acordarme de como te recuerdo yo y encontrando el por qué me daba tanta pena si no eras ni tan amigo mío. Aguante la hinchada, aguante Guachupé, la Negra Ester, las otras bandas, el Circo Teatro, Emir Luis y su padrino ausente y la micro. Y el acordeón. Y la guitarra. Y esos ojos somnolientos
que lindo y triste, pero lindo sobre todo… no me deja de sorprender cuánto querían a este cabro… igual bkn que te quieran tanto…
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